Osvaldo Nemirovsci @nemicom
Luego de conocerse que la Cámara Civil y Comercial Federal extendió la
medida cautelar interpuesta por el Grupo Clarín para la aplicación del artículo
161 de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (SCA), es fundamental
dar cuenta de cómo la vigencia de esta normativa ha tenido un profundo impacto
social, económico y cultural para el desarrollo de la televisión digital
abierta (TDA), en pos de hacer del principal medio de comunicación del país, un
espacio más inclusivo, accesible y federal.Lo importante no es el 7D sino que,
contra lo que creen los que hoy festejan, la excelente Ley de Servicios de
Comunicación Audiovisual hoy se aplica y el art 161 tendrá vigencia mucho más
temprano que tarde. De hecho, el viernes 7 de diciembre habrá una gran motivo
que demuestra su vigencia. En esta fecha se realizará el lanzamiento de Wall
Kintun TV, el primer canal mapuche del país, que cumple con el art 151 de la
nueva ley de medios, lo cual demuestra que más allá del 7D, hay una ley que
cada día es más de los argentinos, que cada día es más inclusiva, que cada día
es más de todos y todas, que cada día avanza más en su lucha por garantizar
comunicaciones que pongan en valor principios como la federalización de
contenidos, la pluralidad de voces y la garantía de accesibilidad de los 40
millones de habitantes.En el cumplimiento de todos esos principios mucho tiene
que ver la TDA. Hay que pensar el proceso de implementación de la TDA en
estrecha vinculación con la Ley SCA, dado que la normativa, discutida en
cientos de foros en todo el país y aprobada en el Congreso en 2009, tiene un
anclaje ideológico y filosófico similar a lo que se quiere lograr con la TV
digital. Es decir, la no concentración, la diversidad de voces, la defensa a la
producción nacional y la generación de puestos de trabajo vinculados con la
radiodifusión en todo el país. Al igual que la Ley, la nueva tecnología digital
fomenta y va por la construcción regional de contenidos, por la cuota de
pantalla que garantice lo local, por la posibilidad de contar en televisión de
otra manera, atendiendo a la diversidad cultural de todo el país y no solamente
algunas regiones.La televisión digital no es sólo un muestreo y codificación de
imagen en un flujo de datos binario. No alcanza con definirla como un proceso
de mejora en la calidad de la imagen a través de un mecanismo de compresión de
audio y video, o de garantía de propagación mediante la traducción de la señal
a bits. Obviamente sirve esta definición para poner en valor aspectos del
avance de la norma en sí, pero no alcanza para totalizar lo que queríamos
mostrarle a la sociedad argentina. Naturalmente también busca que más gente
pueda ver mejor. Y hablar de más gente es apuntar a que finalice la
marginalidad que se da en representaciones sociales, geográficas y por las
discapacidades físicas. Esas tres deficiencias en la accesibilidad son aquellas
en las que el Estado debe intervenir para jugar un rol equilibrador y
democratizador. Cuando decimos más gente, nos referimos a una dimensión
cultural que implica más y mejor televisión y eso incluye lo que se informa, lo
que entretiene y lo que cada televidente percibe sensorial e intelectualmente
frente a una pantalla.La televisión digital marca una penetrante mutación en el
paradigma comunicacional argentino. Expresa, por un lado, una vertiente casi física
de la Ley SCA, pues permite la aparición de nuevos actores del medio,
representados en cientos de productoras de contenidos, sobre todo, en el
interior del país; abarata costos de producción; alienta el cumplimiento del
30% de cuota de pantalla local y el 15% de contenidos independientes; mejora
las condiciones de accesibilidad a la televisión abierta, tanto desde lo
geográfico como desde lo social; incorpora la posibilidad de que las personas
con discapacidad, especialmente sordos y ciegos, puedan también sumarse al uso
de este medio; federaliza contenidos y abre mercados profesionales y laborales
en virtud de esta posibilidad; permite la interactividad entre el receptor (antes
pasivo) y el emisor; abre más espacios en el espectro radioeléctrico de que los
que nunca hubo y aporta múltiples innovaciones sobre la forma tradicional en
que la televisión se vinculaba con la gente.
La lucha por un modelo de comunicación más democrático
e inclusivo es una causa por la que muchos argentinos hemos trabajado durante
décadas, y uno de sus corolarios más importantes fue la sanción de una ley de
medios como la que actualmente tenemos. La Ley SCA es un hecho y un derecho, y
desde la TDA seguiremos trabajando para materializar varios de sus principios
que no hacen otra cosa que expresar los conceptos más amplios de democracia,
inclusión y justicia social.
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